sábado, 3 de octubre de 2015

Día 16: Cambio de roles en 364 días

Foto: Daily Telegraph
Durante el mediodía del 5 de octubre, las luces rojas se encendieron en el rugby union australiano, más allá de que toda la atención se la llevaba la final de la National Rugby League: los Wallabies fueron las primeras víctimas de Los Pumas en su historia en el Rugby Championship. A raíz de ello, días más tarde, por segunda vez en un año y cuatro meses, los oceánicos se quedaban sin entrenador: Ewen McKenzie renunciaba tras reemplazar a Robbie Deans, quien se fue tras ser derrotado por los British and Irish Lions en su tour de 2013. No solo eso, los problemas de indisciplina del plantel fueron una constante durante la "mundialíada".

Antes de la disputa del Rugby Championship de este año, había escrito para el guión de "Destino Twickenham": 

"(...) Están en su hora más difícil, con serios riesgos de sufrir la primera vez en que queden eliminados en la primera ronda, considerando que es el que peor llega de los tres grandes que hay en el grupo. En los últimos dos Rugby Championship tuvo récord negativo, habiendo logrado en total 4 triunfos, 1 empate y 7 caídas. Además, contra ellos los British and Irish Lions rompieron su racha de 3 tours sin victorias, y en su última gira de visitante, también salieron derrotados.
Esa inestabilidad provocó el despido tras la caída contra los Lions de Robbie Deans, quien había estado en el anterior proceso mundialista, y el de su sucesor Ewen McKenzie luego de la caída frente a Los Pumas en Mendoza (Nota: McKenzie se fue tras el siguiente encuentro, frente a los All Blacks). Hoy el entrenador es Michael Cheika, quien es el único que logró ser campeón tanto de la Copa de Europa, obtenida con Leinster en 2011, como del Super Rugby, ganado con New South Wales Waratahs en 2014".
Pocos sabían, incluido quien escribe estas líneas, que Cheika estaba edificando la reconstrucción del primer bicampeón. Ya se dio una señal con la obtención del Rugby Championship. Pero hoy se terminó de dar el golpe maestro. Justamente frente a los mismos que lo derrotaron el pasado 29 de noviembre, cuando la era del oriundo de Sydney recién estaba en pañales, en el mismo escenario de la tragedia shakesperiana de hoy, por 26-17.

Inglaterra sintió la presión en sus espaldas, encima en un equipo de jugadores jóvenes. Y los Wallabies, quizá sabiendo que ellos sí tenían mañana (si no ganaban aún les quedaba el partido contra Gales), jugaron más relajados, dominando a los de la Rosa Tudor de principio a fin, traduciendo todo en el 33-13 final.

"17-3 los Wallabies. En Inglaterra le rezan a la estampita de Jonny Wilkinson". Eso había twiteado el gran Matías Baldo. Sin embargo, el espíritu de Wilko nunca apareció en el Cabbage Patch. Incluso Owen Farrell (también conocido como "el novio de mi hermana"), el que tenía su camiseta, se hizo excluir a pocos minutos del final. Pero en los oceánicos sí apareció el espíritu de Michael Lynagh, corporizado en Bernard Foley, que metió la friolera de 28 puntos, de los cuales 18 fueron con el pie, y 10 con sus manos. La pared que hizo con Kurtley Beale quedará entre las jugadas mundialistas inolvidables, como el try maradoneano de Kirwan, la atropellada de Lomu a Mike Catt, y el drop de Wilkinson, por citar tres.

Además de ello, el scrum realizó un trabajo formidable. Y, tal como sucedió en los 80 y en los 90, con Enrique "Topo" Rodríguez y Patricio Noriega, respectivamente, formando parte de la primera línea, de vuelta hay un argentino en el medio, aunque entrenándolo: se trata de Mario Ledesma, hooker en cuatro mundiales (1999, 2003, 2007 y 2011). No sería descabellado verlo como entrenador de alguna área específica en Los Pumas en un futuro.

Hace 364 días nadie imaginaba que Australia no solo le iba a pintar la cara, sino también eliminar a Inglaterra en su casa. Pero Cheika lo hizo. Y los recuerdos remiten al Mundial de Brasil. Pero no del 2014, aunque este 33-13 puede compararse con el 7-1 de los alemanes a los verdeamarelos. Sino del 1950. En aquel año, España derrotó a los británicos. Y el presidente de la Federación Española le comunicó este mensaje al rey: ""Excelencia, hemos vencido a la pérfida Albión". No sería descabellado suponer que en la mañana australiana Malcolm Turnbull, primer ministro, recibió un mensaje parecido de Paul McLean, presidente de la Australian Rugby Union.

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