sábado, 17 de octubre de 2015

Día 30: Estoy manija

Foto: Keep Calm And Posters

No me echen la culpa a mí. Venimos de la primera gran abstinencia de partidos, con cinco días sin juegos, y sin posibilidades de que te pueda salvar, aunque sea, un eventual Uruguay-Estados Unidos para ver quién queda último. Y encima los dos primeros, los cuales son a su vez los dos inmediatamente anteriores a este Pumas-Irlanda, fueron dos partidazos.


Yendo al partido desayuno de esta semana, entre Sudáfrica y Gales, se ratificó lo que creía. Los Springboks, cual Conde de Montecristo, luego del escarnio público que significó perder contra la mejor selección japonesa de la historia, fueron por la venganza, sin importar el rival que esté en frente. En este caso, los galeses y sus "Huevos de Dragón".

La palomita de Du Preez le dio una nueva semifinal a los Springboks (Foto: Yahoo)
Los británicos tuvieron un muy buen partido, sin embargo, pagaron el pato por los penales que terminaron cometiendo, traduciéndose eso en cinco penales acertados por Handre Pollard, los cuales podrían haber sido ocho, no obstante, se fallaron esos dos intentos (en contrapartida, acertó un drop). Ni siquiera el muy buen partido de Dan Biggar y sus tics (dos penales, un drop, y el inicio de la jugada del try de Gareth Davies con una bomba a cargar, el cual terminó siendo convertido) pudo impedir que a cinco del final, el histórico Fourie Du Preez apoyase tras un scrum para el 24-19 final. Los africanos llegaron a su cuarta semifinal en seis mundiales, mientras que para los de Warren Gatland el balance, aún con la caída, es positivo, considerando que llegaron con un golpe tras otro en lo que concierne a las lesiones.

Julian Savea dejó sentado al fullback Scott Spedding (Foto: Rugby 365)
Una hora después, Nueva Zelanda disipó de la mejor manera todas las dudas que surgieron (incluso en este humilde servidor) tras su actuación en la fase de grupos. Fue una actuación sublime la que tuvieron con Francia, demoliéndolo de inicio al fin. Párrafo aparte se merece Julian Savea, cuyas comparaciones con el legendario Jonah Lomu se acrecentaron tras el segundo try de los tres que anotó (el primero, tras un "no looking rever pass" de Dan Carter, quien se tomó revancha de lo de 2007), donde se llevó a puesto ni más ni menos que sus rivales. El 62-13 tranquilamente puede ser comparado con el 7-1 de Alemania a Brasil. Seguramente eso marcará un antes y después en ambas selecciones: los neozelandeses, haciéndonos saber que son capaces de pasar por encima a cualquier rival; los franceses, demostrando que nacionalizar "a lo pavote" no es la solución a los problemas. Quizá la plata que destinan a comprar "galácticos" deban invertirla al rugby de base, para ver si pueden volver a ser lo que eran.

Quizá si Australia-Escocia se hubiese jugado antes de nuestro partido contra los irlandeses, la ansiedad habría sido menor. Pero todo eso me hace poner más expectante. Y encima en ESPN Extra iban a pasar en la madrugada los triunfos de 1999 y 2007. Pero estoy cansado, y quiero soñar. Y quiero que ese gran sueño que el grueso de los argentinos tenemos, sea acá o en Cardiff, termine haciéndose realidad. Porque como dice mi amigo Matías Baldo, "nos merecemos bellos milagros, y ocurrirán".
Foto: Mundo D

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