Día 26: Adiós al Mundial. Bienvenidos al Mundial.

En el final del post del día 24 (que, por cuestiones de tiempo, se escribió ayer), puse que se terminó un mundial, y que el sábado comenzaba otro. Porque si bien más de uno dirá que "las grandes citas arrancan en los duelos de eliminación directa", yo soy de los que sienten nostalgia cuando se da la primera gran sangría de equipos. Cuando se van las "selecciones pintorescas".


Y no por el hecho de ser pintorescas en sí. Sino porque me gusta ver qué avanzaron (o retrocedieron) respecto a mundiales anteriores. A decir verdad, me gustó mucho Namibia a pesar de las derrotas. Ver que ya no se comen 100 puntos por partido, y que no fueron blanqueados en los partidos contra los pesados, e incluso logrando tries contra ellos.

Pero los africanos no fueron los únicos. También los norteamericanos, Canadá y Estados Unidos, tuvieron chispazos más allá de llevarse sendos 0-4 en su equipaje, los cuales llegaron a complicar a Italia y a Escocia, respectivamente. Si bien los partidos de Georgia contra Tonga (triunfo) y Nueva Zelanda (caída, aunque se mostraron muy fuertes defensivamente), Rumania tuvo un encuentro aceptable frente a Italia, como para pensar en una futura promoción entre el ganador del Europeo de Naciones, y la "cuchara de madera" del Seis Naciones.

Los que sí retrocedieron fueron los que en teoría eran los mejores equipos no participantes de los Grandes Torneos (6N y Rugby Championship): los tres del Pacífico. Fiji, que era en la previa el peor parado, fue el que mejor salió de allí: las tres derrotas eran previsibles, aunque en todas mostraron un buen nivel, y con Uruguay no tuvo problemas. Tonga era candidato contra los georgianos, pero los europeos se quedaron con el triunfo y con la plaza directa a Japón. Y Samoa, del que se decía que iba a colarse entre los clasificados, finalizó con un agrio 1-3 en donde, salvo contra Escocia, con el que peleó hasta el final, nunca se sintió cómodo.

Sin embargo, el que se llevó todos los honores fue Japón. Pensábamos que por suerte iba a tener un 1-3, pero al final fue al revés, derrotando a los Estados Unidos (el juego más accesible), Samoa y Sudáfrica, en la mayor sorpresa que dio este deporte. Con excepción del resto de sus compañeros de grupo, despertó simpatía en todo el mundo, y muchos alentaban a Samoa contra Escocia pensando en los nipones (me incluyo).

En definitiva, fue un mundial en donde se demostró que la brecha entre Tier 2 y Tier 1 se va achicando cada vez más. No sería descabellado pensar en una nueva expansión a mediano plazo (24 equipos, con octavos de final incluídos).

Pero como dice la frase, se cierra una puerta y se abre otra, más allá de los 5 días en blanco en el medio. Y allí arranca la fase picante, donde los mejores se miden con los mejores. No es lo mismo encontrarse con un equipo en un Test Match o en un torneo de "round robin", donde sabés que puede haber mañana, con una llave de eliminación directa, donde si haces menos puntos que tu rival, tenés que regresar a tu casa con las manos vacías.

Ahí se resolverán varias preguntas: desde si Nueva Zelanda mejorará  contra Francia tras una fase inicial con demasiadas relajaciones, hasta si Los Pumas podrán hacerle un try a un Irlanda que hace dos partidos que no recibe conquistas, pasando por cómo afectarán las bajas a Gales (el eterno karma de las lesiones), Escocia (suspendidos por indisciplina), y los irlandeses (mitad y mitad), si Australia vencerá fácil a los esococeses, cumpliendo con las profecías de los expertos, y si Sudáfrica continuará jugando esta ronda con la sangre en el ojo que le quedó tras la fatídica tarde en Brighton.

Dos días después del cierre de la fase de grupos, y tres antes del arranque de la fase final, bien vale decir dos cosas: Adios. Y Bienvenidos.