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Foto: Diario Olé |
Es cierto que hubo errores. Más que nada al inicio, con la intercepción a Nico Sánchez, y el apresuramiento de Santiago Cordero cuando quiso salir jugando tras un (enorme) canto de mark, los cuales, Y también se perdieron a tres piezas importantes como Imhoff, Hernández y Creevy. A pesar de todo, lo hecho hoy por Los Pumas fue enorme, más allá de quedarse en el "casi". Sobre todo en gran parte del segundo tiempo, donde se quedó muy cerca de anotar, pero los Wallabies defendieron como si fuese el partido contra Gales. Era obvio que no iban a repetir los errores que casi lo dejan afuera contra Escocia la semana pasada.
Esta derrota tiene mucho en común con la de Francia en Dublin hace 16 años y un día, también en una jornada electoral. Fue el estreno de la "generación de bronce". Ese equipo fue la base de la que ocho años después terminó logrando el tercer puesto. Y venciendo en dos ocasiones a los vencedores de aquella jornada en el antiguo Lansdowne Road.
Este equipo, salvo Ayerza, Juan Martín Fernández Lobbe, y Juan Martín Herández, y si la salud acompaña, se repetirá en cuatro años en Japón. Con cuatro años más de Rugby Championship. Y con el plus que significará que todos juntos jueguen en la franquicia del Super Rugby, a diferencia de los otros tres países del Sur, que tienen a sus jugadores dispersos en cinco equipos ("afortunadamente", la UAR no puede afrontar los costos de otra escuadra más). A pesar de la desazón, esto invita a que podamos ilusionarnos con que podamos dar la vuelta en Yokohama.
Perdieron. Pero Los Pumas fueron perfectos. Afortunadamente, queda ir por el bronce en el Estadio Olímpico. Y que sea un partido por el tercer puesto que no marque el fin de una era, sino el inicio de otra.
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