jueves, 8 de octubre de 2015

Día 21: Paralelismos de selección

Sabella, el mejor DT de la selección en la última década, junto con Los Pumas (foto: Minuto Uno)
En uno de los posts premundiales, había dicho que Los Pumas eran en parte responsables de las críticas a Lionel Messi. Una afirmación en parte descabellada, pero que tiene sustento en un año: 2007. Un año crucial para los destinos tanto del seleccionado de fútbol como del de rugby.

Retrocedamos a junio de aquel año. Argentina estaba teniendo una excelente Copa América, luciéndose en el grueso de los partidos, ganando por más de un gol de diferencia en cada presentación (la excepción fue el triunfo por 1-0 frente a Paraguay). Prácticamente, no tuvo problemas en llegar a la final contra Brasil, que no había presentado en Venezuela a, en teoría, su mejor equipo posible.

En aquel entonces se hicieron virales las imágenes de tanto los jugadores como el entrenador, Alfio Basile, relajados en la piscina del hotel donde se alojaba la albiceleste. La sensación que nos dejó a todos es que se le iba a vencer cómodamente a la verdeamarela, y volver a alzarse con un título tras 14 años. Sin embargo, lo sucedido en el "Pachencho" Romero de Maracaibo, al mejor estilo de "(500) días con Ella", fue diametralmente opuesto a las expectativas.

En aquel partido Argentina fue una sombra de lo que fue en los cinco encuentros anteriores, y Brasil no se parecía en nada a la escuadra que sufrió contra Uruguay para llegar al encuentro decisivo por la vía de los penales. Terminó siendo un 0-3 categórico para que la sequía de los nuestros prosiguiese hasta nuestros días. No solo eso, fue el inicio de una crisis que continuó con Diego Maradona y Sergio Batista. 

Al mismo tiempo que eso sucedía, Los Pumas estaban preparándose en el Athlete's Centre en Pensacola, Florida, con la mente puesta en el Mundial de Francia. Ese Mundial que terminó siendo la génesis del ingreso al Rugby Championship. El 7 de septiembre se podría decir que fue el día en que los destinos del fútbol y del rugby se cruzaron. Porque allí, los argentinos dieron el golpe sobre la mesa, y lograron derrotar a los dueños de casa.

El reflejo de eso no solo se vio en el resultado (más allá de que terminó siendo el detonante, porque si hubiesen perdido, la historia era otra), sino en dos situaciones fundamentales. Primero, el "dejar todo", la garra, algo que no se vió el 15 de julio en tierras caribeñas. Y por otro lado, la interpretación del himno. La emoción mostrada por Los Pumas contrastó con la apatía que históricamente (con excepción del "hijos de puta" de Maradona en la final de Italia 90) muestra (o al menos aparenta) la selección. Una selección que, en aquella copa, empezó a ser liderada por Lionel Messi. Aunque aún no tuviese la 10, propiedad en aquel entonces de Juan Román Riquelme.

En esos 4 años, y aunque la Pumamanía amainó con el paso del tiempo, los fantasmas de las lágrimas de esos 15 hombres que derrotaron al Rugby Champagne (y la del primo de Ricardo Caruso Lombardi, capturado por la cámara en dos ocasiones en aquel himno), apareciron en cada adversidad de la selección de fútbol. Y Messi terminó siendo el punching ball preferido del argentino medio, más allá quién tuviese la verdadera responsabilidad.

Eso se detuvo cuando Alejandro Sabella fue el DT de la selección, sin dudas la mejor etapa de la selección argentina en la última década. Eso, casualmente, coincidió con la época en la que Los Pumas quedaron más en tela de juicio, con las tan mentadas "derrotas dignas", con la salida de Santiago Phelan, y con varios problemas internos.

Sonará a casualidad, pero con la llegada de Gerardo Martino, los destinos de los dos seleccionados volvieron a cambiar. El fútbol, con la caída en la Copa América, y hoy con la inesperada y dolorosa derrota contra Ecuador. Y el rugby, con los triufazos frente a los Wallabies y los Springboks, y la chance latente de volver a ser semifinalistas. Casi como en 2007.

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