sábado, 10 de octubre de 2015

Día 23: Partidazos



A pesar de los esfuerzos samoanos, Escocia los terminó amargando a ellos y a Japón (Foto: Daily Telegraph)
En el balance general, este fue hasta ahora el mejor día del Mundial. Tuvo dos grandes encuentros, uno con muchos tries y otro sin ninguno de ellos, y además la función final del dueño de casa, haciendo que se empiece a extrañar la fase de grupos, que tiene en mañana a su último día de vida.

El inicio fue masticando bronca. Me había enamorado de los japoneses tras derrotar ni más ni menos que a los Springboks. Desafortunadamente para ellos, Escocia tuvo dos aliados: el calendario, ya que su debut fue 5 días después del desgastante partido de los nipones contra los sudafricanos, y Jaco Peyper. Con el sudafricano se hace difícil cumplir con la regla no escrita de que "el réferi siempre tiene la razón". Les cobraba penales a los samoanos hasta por respirar.

También me dio pena por los isleños, ya que, aún eliminados, y con la remota esperanza de finalizar terceros, jugaron indudablemente su mejor partido en este mundial. Pero a pesar de haber hecho cuatro tries contra tres de los europeos, fue triunfo escocés por 36 a 33. Adiós esperanzas de los Brave Blossoms, que, de derrotar a los norteamericanos mañana, se conviertan en los eliminados de mejor performance en toda la historia de los Mundiales. Y pensar que pocos japoneses sabían que en 4 años el Mundial se jugaba en sus pagos...

Foto: The Australian
¿Puede un encuentro sin tries ser un partidazo? Gales y Australia dieron la prueba irrefutable de que esto puede ser posible. Los galeses, liderados por Dan Biggar, habían arrancado sorprendentemente bien, pero los australianos, con el correr de los minutos, empezaron a imponer su jerarquía. Todo parecía cómodo para los Wallabies, pero promediando el segundo tiempo, eso corrió riesgo...

El no respetar los 10 metros le valió a Will Genia la exclusión, y a los oceánicos, el inicio de la pesadilla. Porque los Dragones fueron por todo buscando la conquista, algo que se agravó con la exclusión de McMahon. Sin embargo, los auriverdes defendieron como si fuese Argentina en los "malditos nueve minutos" frente a Irlanda, y no solo no recibieron ningún punto en esa situación extrema, sino que en la jugada siguiente Bernard Foley acertó uno de los cinco penales que acertó para el 15-6 fina. El gran nivel australiano es una pésima noticia para los escoceses, que a priori necesitarán una actuación heroica para derrotar a los de Michael Cheika.

El cierre fue el encuentro entre Inglaterra y Uruguay. Una despedida para ambos equipos que, sorprendentemente (al menos, para quien escribe estas líneas) fue a cancha casi llena. Porque no solo estaba el hecho de que era el final del viaje para los de la Rosa Tudor, sino que además, a pocos kilómetros de allí, en Old Trafford, se disputaba la final de la Super Rugby League (fue triunfo de Leeds por 22-20 frente a Wigan).

Si bien en el primer tiempo Uruguay le opuso una buena resistencia a los ingleses, recibiendo apenas tres tries, los de Stuart Lancaster (¿seguirá al frente del equipo de los Tres Leones?) abrieron el grifo en la segunda mitad, con siete tries más para decretar el 60-3 final. Es de esperar que los uruguayos, ya con la implementación del Seis Naciones panamericano, mejoren su nivel. Por el lado de mi hermana, seguramente va a extrañar mucho a Owen Farrell. Trataré de ver si se puede enamorar de algún otro de los 8 seleccionados sobrevivientes. Pero en silencio me comprometo a avisarle cuando juegue con Saracens, su equipo.

Owen Farrell. Para mi hermana, la gran pérdida que tiene el Mundial (Foto: Eurosport)

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