jueves, 17 de septiembre de 2015

Día -1: Partenaires

Fiji, durante el reconocimiento del campo de juego previo al partido inaugural (Foto: Zimbio)
Ya estamos ahí nomás del inicio del Mundial. Y este post es un homenaje a todos aquellos que alguna vez estuvimos en quizá uno de los roles más ingratos que uno debe ocupar, viendo a todos aquellos que tienen una camiseta distinta a la propia llevarse todos los reflectores, mientras que a ellos nada. No hay nada peor que jugar un partido inaugural contra el dueño de casa.


El primer partido en la historia de los Mundiales fue un Nueva Zelanda-Italia. Por un lado, el seleccionado más famoso del mundo, y por el otro, un equipo italiano que sí era "La Nazionale", con todos jugadores nacidos en la Península, sin nacionalizados, pero que llegaron con la cantidad justa de jugadores: 22 (en aquel entonces no había una cantidad obligatoria, como los 31 actuales). El resultado final fue el partido con la mayor diferencia de puntos de aquel mundial: 70 a 6. La escena más famosa es la de John Kirwan despachando hombres vestidos de azul, dando a entender que le pidió prestado a Diego Maradona aquel barrilete cósmico que menos de un año atrás volaba por el Estadio Azteca. A tal punto que si uno puede poner el audio del relato de Víctor Hugo con el video del try, parece ilustrado casi a la perfección. 



Tras aquel partido inaugural, en los dos mundiales siguientes se dio algo que en estos días sería algo descabellado, más allá de que, claro está, al haber menos participantes (16) era algo más probable. ¿Alguno se imaginaba que en Brasil la verdeamarela jugase contra España? ¿O que la susodicha canarinha se enfrentase en 2006 a los alemanes en un inmediato "revival" de la Final de 2002 (algo similar a aquel Holanda-España que se dio dos partidos mundialistas después de la final de 2010)? Bueno, en Inglaterra 91 el equipo de la Rosa Tudor se enfrentó ante los Hombres de Negro, que estrenaban el Trofeo Webb Ellis, con un 18-12 en favor de los oceánicos. Y en Sudáfrica 95, los Springboks jugaban contra los monarcas australianos, venciéndolos por 27 a 18.

Pero en Gales, ya con 20 equipos, se dio lo más lógico: el dueño de casa debutaba contra un equipo más "del montón". Y las bolillas determinaron que Argentina iba a tener ese honor en el recientemente inaugurado Millennium Stadium. Estuvieron cerca del impacto: aquel ajustado 28-24, a pesar de ser doloroso, parecía un preludio de lo que se venía después. Igualmente, para Los Pumas, parafraseando a Agustín Pichot, esto recién empezaba.

Porque cuatro años después, de vuelta tuvieron que ser los "villanos invitados" tratando de escupirle el asado a los dueños de casa en el episodio piloto de esa serie cuatrienal. Y esta vez, ni siquiera Argentina estuvo cerca de hacerle sombra a los australianos en el Olímpico de Sydney, ya sin la pista de atletismo. Pero la tercera terminó siendo la vencida. Ya con un master hecho en "cómo jugar partidos inaugurales", Los Pumas vencieron a Francia, haciendo que Ignacio Corleto sea el segundo jugador en anotar tries en dos partidos inaugurales distintos (el otro fue el neozelandes Michael Jones).


En Nueva Zelanda las chances de que haya un duelo difícil en el encuentro inaugural eran nimias. Porque salvo Francia, el resto eran equipos que no podían hacerle sombra. Tonga era el mejorcito de ese lote. Igualmente, los All Blacks le estamparon un 41-10 que, sin ser aquel encuentro del Génesis contra los italianos, fue totalmente categórico.

Ese mismo caso se da ahora. Aunque el grupo de Inglaterra es comparable a aquel que tuvieron Australia y Francia en 2003 y 2007 respectivamente. Pero en vez de tocarles a Gales o a Australia, los que vendrían a ser los equivalentes de Los Pumas e Irlanda, tuvieron la dicha de que les toque a Fiji, que sería un Rumania o un Georgia.

Me gustaría meterme en la mente de los hombres del Pacífico. Porque les tocó aquel incómodo rol del partenaire. ¿Cómo se sentirán ante el imponente marco que seguramente tendrá Twickenham, con una horda de ingleses buscando que el Trofeo Webb Ellis se quede en casa, y encima con un semejante grupo en su haber? ¿Será distinta la presión sabiendo que el cuarto lugar lo tienen prácticamente asegurado en comparación con sus rivales? Son preguntas que empezarán a develarse a partir de las 16.

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