lunes, 21 de septiembre de 2015

Día 4: ¿El último bastión de las selecciones pintorescas?

Foto: Clarín
Hernán Casciari se volvió uno de mis escritores favoritos. Puede escribir cuentos graciosos como "Año nuevo y vacaciones", o hacerte emocionar como con "Backstage de un milagro" o "Gaussian Blur". De hecho, su cobertura de Brasil 2014 desde su casa en Cataluña fue en parte inspiradora de este proyecto. A pesar de no haber hecho el hashtag #UnaAventuraMundialEnESP (o bien en CAT). No por nada, sea voluntariamente o no, varias veces hago alguna alusión al escritor de "Más respeto que soy tu madre", "El pibe que arruinaba las fotos", o el más reciente "Messi es un perro".

De aquella cobertura del ex proyecto de apertura (o pivot, tal como describió Carlos López Escriva, aquel entrenador en Mercedes Rugby Club), aunque ahora tenga cuerpo de primera linea, me quedo con un post de protesta, en donde se quejaba sobre la desaparición de las "selecciones pintorescas". Allí, el mercedino hablaba, con un dejo de nostalgia, de aquellos equipos que pasaron de tirar tiros libres rivales, caso Zaire en Alemania 74, a dar grandes golpes, como Costa Rica llegando a los cuartos de final del último mundial.

El rugby es, en un punto, uno de los pocos bastiones que quedan en lo que se refiere a las selecciones pintorescas. Parece ser que los octavos de final tienen que ser conformado integramente por alguno de los 9 mejores equipos del mundo (los que ahora forman parte del Rugby Championship, y las 5 Naciones europeas originales), Siempre hay, claro, una oveja descarriada, preferentemente proveniente de las islas del Pacífico: Fiji en 1987 y en 2007, y Samoa en 1991 y 1995 (más triunfo contra Gales en 1999). Tonga pudo haberse sumado a ese grupo en 2011, pero días antes de haber derrotado a Francia, a la postre finalista, perdió de forma insólita contra Canadá, el otro inesperado cuartofinalista que hubo en Mundiales (1991).

Todos esos golpes eran esperados, ya que estos seleccionados tienen al rugby como deporte predilecto (no por nada hace 15 años se comían decenas de goles por parte de Australia), y además la zona canadiense en 1991 tenía solo un equipo de peso (hasta aquel mundial Sudáfrica no participaba).

Este Mundial parecía no ser una excepción gracias a los dos partidos disputados en Cardiff. El promedio de resultado entre los equipos poderosos (Irlanda y Gales) contra los "pintorescos" (Canadá y Uruguay, sus respectivos rivales) fue de 52 a 8, gracias al 50-7 de los del Trébol a los de la Hoja de Arce, y al 54-9 de los Dragones a los Teros. A pesar del crecimiento respecto a años anteriores, esas goleadas eran para considerarse.

También podemos mencionar a Italia, que a pesar de estar jugando el 6 Naciones desde hace 15 años, y más allá de que en éste hubo algunos años en que pudo eludir la cuchara de madera, nunca pudo ganar a sus compañeros del Tier 1 en un Mundial. Eso mismo sucedió contra Francia, cuando "Les Rouges" (debido a que jugaron con la casaca suplente, roja) le propinaron un doloroso 32-10 en Twickenham.

El partido de Japón contra Sudáfrica parecía tener ese mismo fin, con los Springboks llenándole el ingoal a los Cherry Blossoms. Sin ir más lejos, hace 4 años Nueva Zelanda le ganó por 83 a 7. Pero lo peor fue hace 20 años, justamente en tierras sudafricanas, cuando los mismos All Blacks ganaron por 145 a 17, la máxima cantidad de puntos que le hizo un equipo a otro (no la mayor diferencia, honor que detenta Australia, que venció 142 a 0 al también pintoresco Namibia).

Sin embargo, lo que sucedió en Brighton fue sencillamente mágico. No solo por el qué, sino también por el como. Porque tranquilamente ellos, en el penal, podían haber pedido patada a los palos y lograr un empate apenas menos histórico. Pero se la jugaron. Era plata o mierda. Pero cuando se hablaba de plata, no era un fajo de billetes, sino el jackpot de todos los Lotos del mundo. Y luego de insistir, pudieron hacerse millonarios, al menos, de emociones. Pero el premio no era solo para ellos, sino para todos los espectadores (salvo, claro, los sudafricanos) que pudieron ver este momento mítico.

Al final de la nota, Casciari se "lamentaba" acerca de la evolución de las selecciones pintorescas en el fútbol. Yo, por mi parte, me alegro por la evolución rugbística de los otros países. Porque siempre es mejor un coro en donde todos afinen, en vez de uno en donde algunos sí y otros no. Si usted quiere seguir viendo selecciones pintorescas, mirá el mundial de rugby, pero el de league, ya que allí siempre es Australia, Nueva Zelanda, Inglaterra, y un par de países más sin tradición. Para eso hay que esperar dos años más, y madrugar, ya que se hace en Australia.

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